聂鲁达 西班牙语诗歌Veinte poemas de amor y una canción desesperada(3)

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  latiendo sobre nuestro silencio enamorado.


  Zumbando entre los árboles, orquestal y divino,


  como una lengua llena de guerras y de cantos.


  Viento que lleva en rápido robo la hojarasca


  y desvía las flechas latientes de los pájaros.


  Viento que la derriba en ola sin espuma


  y sustancia sin peso, y fuegos inclinado.


  Se rompe y se sumerge su volumen de besos


  combatido en la puerta del viento del verano.


  Poema 5


  Para que tú me oigas mis palabras


  se adelgazan a veces


  como las huellas de las gaviotas en las playas.


  Collar, cascabel ebrio


  para tus manos suaves como las uvas.


  Y las miro lejanas mis palabras.


  Más que mías son tuyas.


  Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.


  Ellas trepan así por las paredes húmedas.


  Eres tú la culpable de este juego sangriento.


  Ellas están huyendo de mi guarida oscura.


  Todo lo llenas tú, todo lo llenas.


  Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,


  y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.


  Ahora quiero que digan lo que quiero decirte


  para que tú las oigas como quiero que me oigas.


  El viento de la angustia aún las suele arrastrar.


  Huracanes de sueños aún a veces las tumban


  Escuchas otras voces en mi voz dolorida.


  Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.


  Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.


  Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.


  Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.


  Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.


  Voy haciendo de todas un collar infinito


  para tus blancas manos, suaves como las uvas.